En primera instancia, existe un emisor que emite o genera el mensaje que se desea difundir o transmitir; este emisor envía, a través de un canal específico, su mensaje utilizando a la vez un código en particular. El receptor es aquel elemento destinado a recibir o decodificar el mensaje.
Un mensaje puede estar destinado a difundir información específica o a transmitir algún tipo de sensación o sentimiento. Es importante destacar que en algunas ocasiones, un mismo mensaje puede desempeñar varias funciones a la vez.
Los factores que afectan de manera directa al mensaje y a la forma en la que se transmite o recibe conforman el contexto. Estos factores pueden ser desde los mensajes emitidos previa y posteriormente al mensaje en cuestión, hasta situaciones político-socioculturales en las que se produce el acto comunicativo.
El grado de alteración que sufra el mensaje como consecuencia del contexto en el que se encuentra, dependerá también del medio o canal a través del cual se emita. Esto quiere decir que no se obtendrá el mismo resultado al enviar un mensaje de boca en boca que al dictarlo para que después sea mecanografiado e impreso.
Todos estos elementos hacen que el acto comunicativo realmente suceda, revelándolo como la actividad elemental del ser humano por de fault y funcionando como una suerte de máquina cuidadosamente diseñada donde todos sus engranajes embonan en armoniosa sincronía.
Bibliografía:
"La comunicación humana en el mundo contemporáneo". C. Fernández Collado. 2ª. Edición, 2003. Editorial McGraw Hill. Ciudad de México, México.
"Hacía la comunicación - 1". A. Barinaga, J. L. García Barrientos. 1ª. Edición, 1977. Editorial Alhambra. Madrid, España.
"¿Cómo nos comunicamos? Del gesto a la telemática". P. Montaner, R. Moyano. 2ª. Edición, 3ª. Reimpresión, 1997. Editorial Alhambra. Ciudad de México, México.